Visitar una comunidad indígena es una actividad «popular» para los que visitan el Amazonas. También lo es el trekking de varios días, por ejemplo 2 noches/3 días. En mi caso hice un híbrido: pasar 2 noches en la jungla haciendo base en una casa indígena.
En este artículo cuento mi experiencia de estar 3 días de convivencia por la selva.
Esto lo hice durante mi viaje por Colombia en mayo del 2018 y saliendo desde Puerto Nariño, justo en la esquina inferior del Amazonas colombiano.
¿Cómo contraté la excursión? Precios
En Puerto Nariño, fui a varias agencias, pero ninguna me convencía. En el aeropuerto conocí a George, que sin insistir nada, me dijo que si necesitaba algo le contactase. Luego me lo encontré en la ciudad y hablamos un poco.
Ya tras ver precios y qué había en otras agencias, fui «George of the Jungle» y le dije textualmente que tenía tiempo pero no mucho dinero para gastar. Además venía de hacer la ruta algo intensa por Colombia y necesitaba descansar en la naturaleza.
Entonces me propuso lo de ir a la comunidad indígena. ¡Era justo lo que quería!
Me comentó: 60-70,000 pesos por día y 150,000 pesos para el transporte. En total 350,000 pesos. Además tendría que llevarme agua y algo de comida.
¿Cuánta comisión se quedó la agencia?
Al pasar 3 días con José, nos dió tiempo hablar de muchas cosas. Entre ellas le pregunté cuánto dinero se quedaba del total: George, el de la agencia, le pagó 200,000 pesos a José, 80,000 pesos a la esposa por cocinar y 1 bidón de 5 litoral de gasolina.
Contenidos
Rompiendo Estereotipos de Hollywood
Lo primero que he de aclarar es que te olvides de que van con taparrabos, cara pintada y con el arco y la flecha. No. Las comunidades y familias indígenas actuales no se asemejan a la idea que se tiene de ellos.
Son indígenas modernos, y llegué a conocer a 2 o 3 tipos de comunidades:
- Los que simulan ser tradicionales para atraer a los turistas, van vestidos con plumas y pieles y realizan bailes y algún tipo de show. Son como si fueran «actores«. Son unos trabajadores más del turismo.
- Las comunidades auténticas, pero modernas. Viven como pueden (ahora explicaré porqué), van vestidos con ropas normales (quizás algo más viejas y a veces algo manchadas de barro o similares), trabajan en la agricultura, pesca o un mix. Algunos estan empezando a ganarse unos ingresos extra como «guías selváticos». Tienen contacto con los pueblos o ciudades cercanas donde compran o venden cosas.
- Habría un tercer tipo, los que viven tradicionalmente y no mantienen contacto permanente con la civilización. Estos no los vi, pero supongo que en algún lugar remoto, algo quedará.
Cómo se alimentan
Tienen muchas gallinas, patos, pavos que les proporciona carne y huevos. Mi familia tenía la tradición de en cada cumpleaños de un miembro familiar, matar a 1 o 2 gallos para comer.
Pescan en el río Amazonas o afluentes. Echan la red y además de vender algunos peces, normalmente los más valiosos, se comen el resto, fritos o en sopa.
Su alimentación se basa en lo que pueden generar
Cultivan la yuca, el maíz, etc durante las épocas de aguas bajas. El maíz a parte de para comer, lo desecan y almacenan para dar a las gallinas. De la yuca también producen la fariña, que de deseca y sirve para acompañar a las comidas, tipo arroz. También suelen tener árboles frutales de papaya, aguacate o bananas.
Las casas
Las casas son de madera con suelo, techo y comúnmente con pocas paredes o tabiques. Están elevadas a 1 a 2 metros sobre unas columnas de madera para soportar las temporadas de aguas altas. En esas zonas no hay lugares altos (respecto al nivel del agua), y ya que el Amazonas crece una vez al año, han de estar preparados para ello.
El tejado, que antes era de hojas de palma, ahora todos lo tienen de chapa ondulada. El tejado de metal aísla mejor contra grandes lluvias y dura más que las hojas.
¿Aún sigues viajando SIN SEGURO de VIAJE??? Recuerda que un buen seguro de viaje te va a salvar el pellejo en muchas situaciones, y ya me ha pasado a mí (muchas veces)... como cuando me perdí visitar la Muralla China por una infección de oído, también me ayudaron cuando estuve toda la noche vomitando en Barranquilla (Colombia), una reacción alergica en la piel de Cris en nuestro paso por Chiang Mai o cuando estuve con un virus en el estómago que no me podía mover en la isla Elefantina (Egipto) y vino el médico a verme en barco. La última fue cuando estuve en el hospital en Zambia 3 días, perdimos los vuelos de vuelta y nos repatriaron! No te lo pienses más y échale un vistazo a las coberturas y precios de Mi Seguro de Viaje Iati y además obtén un 5% de descuento con este link 🙂Para conseguir la madera, las comunidades indígenas tienen el derecho de poder cortar árboles para construir sus casas o barcos, y nunca par el comercio.
La mayoría de las comunidades que vi (3 o 4 en total) tienen electricidad, aunque no funciona todo el día, sólo durante unas horas, en mi caso de 18 a 20 horas.
Una rudimentaria instalación eléctrica con postes de madera recorre estás comunidades o pueblos de casa en casa. A la altura de cada casa tienen un «empalme» donde se desvían 2 cables a la vivienda. Me sorprendió que a la entrada de la vivienda tuviera un interruptor diferencial (lo que hace que «salten los plomos» si hay alguna anomalía en la instalación).
Lo que más me llamó la atención es que la gran mayoría tenían televisión con una gran antena parabólica cuidadosamente colocada y orientada que los delataba que usaban TV.
¿Qué hice en los 3 días?
El primer día me recogió bien temprano George, el tipo de la agencia, y tras asegurarse de que llevaba todo me acompañó al puerto y partimos hacia Santa Rosa. Allí me estaba esperando en su bote José, un señor de unos 45 años.
Tras comprar gasolina, unas linternas y cerillas en Santa Rosa (Perú) nos dirigimos a su casa. El trayecto fue de 1 hora en bote hacia el interior del Perú. Allí íbamos hablando un poco, pero con el constante ruido del motor y su pronunciación/dialecto no le entendía muy bien.
Allí nos esperaba Beti, su mujer, que estaba lavando ropa en el río en un pequeño embarcadero flotante.
Dejé las cosas, le di la comida que traje a Beti y ya ella se encargaría de gestionar todo y hacer las comidas: desayuno, comida y cena.
Me enseñó la casa, dejé las cosas y esperamos a la comida de Beti.
Para comer Beti me preparó algo de arroz, alguna verdura y un par de salchichas que tenía ella. Beti me decía, y no llegaba a entender, porqué no había llevado salchichas o hamburguesas, que se me habían olvidado. Ella entendía que los «extranjeros» comen salchichas, siempre.
Por más le explicaba que yo con algún pescado del río y alguna fruta o verdura de la zona era más que feliz. Los siguientes días me siguió poniendo algunas salchichas.
Nos preparamos para ir a dar un paseo por la selva y volvimos antes de cenar.
Cuando cayó la noche encendían velas y este incienso con forma de espiral que hace de antimosquitos.
Cenamos con velas junto a las 2 francesas que estaban como yo, pero su guía era Miguel el cuñado de José.
Miguel hablaba inglés y tenía más experiencia como guía a la hora de tratar con la gente. Pero no me importaba, pues yo sólo buscaba compartir unos días en una familia indígena.
Tras la cena, mientras José ayudaba a Beti en la cocina, Miguel nos estuvo contando historias familiares o algunas leyendas indígenas. Estábamos sentados en el suelo de la casa, viendo el cielo estrellado, escuchando a Miguel, viendo la Vía Láctea.. un momento para enmarcar.
Intento capturar con mi cámara el cielo de aquella noche, pero con mi cámara y poca experiencia con ella lógicamente el resultado no fue el deseado.
El segundo día estuvimos casi todo el tiempo en la barca. Primero fuimos a avistar a los delfines rosados.
Después echamos la red en un sitio que, según José, encontraríamos bastante pescado… y así fue! Pescamos unos 8 o 10 peces en unos 15 minutos. Después los limpió y preparó improvisando una mesa sobre el remo y cortándolos con el machete. Un poco rudimentario, pero efectivo.
La segunda noche ya dormí mejor, recogimos el «campamento» y volvimos a casa a desayunar. El tercer día pasé la mañana la pasé jugando con los niños, los nietos de José y sus amigos.
Nos estuvimos bañando en el río, trepando y saltando por un árbol inundado. También le estuve enseñando al más pequeño como tirarse de cabeza al agua.
Después jugamos al 1, 2, 3 palito inglés y al pilla-pilla. Después Betti mandó al nieto mayor a comprar aceite y yo me fui con él. Fuimos en barco, él conducía con unos 6 años.
Los niños estaban fascinados con mi cámara de fotos. Les enseñé cómo funcionaba y estuvimos haciendo fotos a la casa, al gato, los polluelos, etc.
Llegó la hora de comer, y Betti tenía todo bien preparado. Ese día tocó comer el pescado que trajimos el día anterior, con arroz, papaya, patacones y fariña.
Mis horas con la familia de José se me acababan. Él me llevó de vuelta a Leticia, donde pasaría la noche en mi hostal de confianza: «La casa de las palmas«. Allí al final pude ducharme tras 3 días, me relajé en la piscina y dormí en una cama al resguardo de los pumas.
Actividades
Pescar con red
Es lo que más hicimos, y ya casi podría sobrevivir yo solo únicamente de la pesca. Básicamente consiste en meterte con el barco en un lugar escondido de la selva inundada para colocar la red. Tiene que ser amplio (unos 50m en línea recta) y que «haya pescado». ¿Cómo se sabe si hay pescado? Intuición indígena supongo…
Una vez colocada la red hay que esperar un tiempo prudencial, cuanto más tiempo más probabilidad hay que se queden los peces atrapados. Pero no se puede dejar por la noche, ya que los caimanes se pegan un festín de peces, y ya de paso te rompen la red!
Senderismo en la selva
Después de estar 5 o 6 días en Puerto Nariño, ya había hecho bastantes trekking por el Amazonas. Con José dimos un paseo tranquilo, el primer y segundo día. Durante el camino buscábamos zonas aptas para pasar la noche.
Dormir en la selva
Esto fue algo que me gustó mucho, ya que nunca lo había hecho y tampoco me esperaba hasta que José me lo propuso.
La pequeña construcción que montábamos para dormir era…
Se duerme en hamacas, que están atadas a 2 árboles. Envuelto en una mosquitera, atada a los mismos árboles. Encima de todo un toldo, ya que allí es impredecible cuando llueve o no. Y debajo un par de hojas de palmeras para hacer el suelo y no pisar el barro antes o después de dormir.
Pescar pirañas
Es una de las actividades que los extranjeros, a mí por lo menos, nos llama mucho la atención. Tomas un palo con un hilo y un anzuelo al final como caña de pescar, y le colocas un trozo de pescado como cebo para atraer a las pirañas… Y ¡a esperar!
La clave está en buscar un sitio donde haya pirañas, por lo del lugar y de un buen guía con experiencia dependerá tu suerte.
Convivencia y conocer su estilo de vida
Me llamó la atención su poca conciencia ecológica. Como tirar al río basura, usar muchas cosas de plástico o de usar y tirar.
Cómo viven
Sí tienen televisión. Aunque, al menos cuando yo estuve por allí nunca se encendió… supongo que será para cuando llueva mucho o haya menos para hacer.
Obviamente, al tener televisión también usan la electricidad, pero sólo unas horas, de 6 a 8 en este caso. La energía se genera con unos motores quemando petróleo. Así que la energía es bastante cara.
La barca de madera la usan para moverse a cualquier lugar. Hoy en día casi todos usan motor, pero hasta hace poco la mayoría iban remando.
El bote no es estanco, va drenando agua por las juntas. Por eso siempre llevan un pequeño cubo (que básicamente es un bote partido) para ir achicando agua por el camino. Me comentó que cada 3 años se construyen ellos mismos una nueva barca.
Mi mayor «decepción» fue al ver como hacían el fuego. Quizás yo había visto muchos vídeos de cómo encender el fuego naturalmente. Estábamos en la selva, pescamos, preparamos los peces, buscamos leña y la colocamos estratégicamente para sostener la olla.
Llegó el momento de encender el fuego, yo estaba expectante. José fue al barco y volvió con el bidón de gasolina. Roció la madera, encendió una cerilla… ¡¡¡puuummm!!! El fuego encendido en 1 segundo, fácil y rápido.
Qué llevar a la selva
- Linterna (mejor un frontal de los que se ponen en la cabeza)
- Agua para beber. Calcula unos 3 litros por día.
- Algo de comida, si no incluye. Aunque algunos snacks o chocolate siempre vienen bien.
- Repelente de mosquitos, aunque el mejor repelente es cubrirse con mangas largas y pantalón largo.
- Protector solar, aunque parezca nublado el sol irradia casi igual o el tiempo cambia rápidamente.
Normalmente incluidas por la agencia o guía (mejor preguntar antes y cerciorarse):
- Mosquitera y hamaca
- Botas de agua
La Comida para 3 días que me llevé, que me aconsejó George:
- 2 kilos de arroz
- 1 kilo de cebollas
- Tomates y ajos
- 500 g de leche en polvo
- 500 ml de aceite
- 10 litros de agua en bolsa
Esto se completaría con el pescado lo pescaríamos allí, y algunos frutas como papayas o bananas. En total gasté unos 17,000 pesos en comida.
¿Repetiría mi experiencia?
Sí, sin duda. Fueron muchas experiencias diferentes y nuevas (al menos para mí). Dormir en la selva, montar el vibak por la noche, hacer el fuego para cocinar lo pescado previamente, un baño en el río con los niños indígenas, etc.
¿Viajando por Colombia?
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Muy buena experiencia. Nosotros nos quedamos encantados con nuestra visita a la comunidad indígena del 7 de agosto, una de las más alejadas de la parte del Amazonas colombiano 🙂
La verdad es que merece mucho la pena la visita a esa parte de Colombia 🙂
Holaaa buenas, me ha encantado el post, me podrías facilitar el contacto de george o de jose?
gracias
Buenas! no tengo el contacto ya de George, y no sé si después de la pandemia sigue con la oficina. Supongo que allí te será fácil encontrarlo.
Buen Viaje!
Alberto